martes, 3 de julio de 2012

Sorpresa

Me mandaste un mail. Era un mensaje largo, no recuerdo qué decías. Me sorprendiste y, pensando en tus palabras, salí de casa.
Me esperabas en la puerta, nos saludamos y dijiste estabas ahí para acompañarme. Caminamos mientras hablamos, tampoco me acuerdo de qué. 
Llegamos a destino, era como una clase. Nos saludamos, vos te ibas, no nos íbamos a volver a ver. Entré. Me senté delante de todo, al fondo había un ventanal y por ahí vi que te ibas. Alguien dio una clase, me di vuelta y ahí te vi, estabas esperando, otra vez.
Salí y te pregunté qué había pasado, si necesitabas algo. Estabas nervioso, querías hablar pero no ten salían las palabras, no sabías cómo decirlo. Yo hice algún chiste por tus nervios, y finalmente lo hiciste, me invitaste a salir. 
Creo que fue el no que más me costó pronunciar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario